La magia del ambiente se ve empañada desde que llegas al restaurant, desde que llegamos nadie nos recibió en la entrada, nos ubicamos por iniciativa propia, decidimos sentarnos en el bar primero para tomar algo antes de almorzar y no hubo ni una sola persona que nos atendiera en el bar, por lo cual decidimos ubicarnos en una mesa. Tuvimos que rogar para que nos atendieran, y el mesonero de mala gana nos dijo que queríamos de beber, (no tienen carta de bebida) de mala gana nos dijo lo que tenían disponible; cuando trajo las bebidas las dejo en el centro de la mesa y se fue. tuvimos que pedir a otro camarero que nos trajera la carta, pasados 20 minutos le pedimos a otro mesonero que nos tomara el pedido. Este mesonero estaba mas preocupado por ver el juego de futbol que de atendernos. Cuando llegaron las entradas falto una sopa, y no trajeron cucharillas. otro mesonero nos trajo la sopa que faltaba mostrándonos la comanda donde se veía que no había anotado la otra sopa. Al llegar la parrilla falto una ensalada y la parrilla que habíamos pedido para tres solo la hicieron para dos. Pedimos una sangría y el mesonero la preparo en una mesa auxiliar y la dejo allí sin ofrecer servirnosla. Los postres no estaban malos pero como siempre pedimos y nos trajeron lo que les dio la gana. Lamento que mi visita no haya sido placetera pero de verdad que para los altos precios uno se espera un mejor servicio y una mejor atencion!
