Buddha Bar

Muy bello el restaurant las mesas, la decoracion, el gran budda en la parte central, la parte de abajo y el lounge arriba muy chevere, la musica muy tipica como el nombre del local relajante y techno a la vez. los rolls de sushi muy sabrosos. La entrada de salmon me parecio un poco picante para mi gusto, pero es una opinion muy personal. Los mojitos deliciosos. Buena atencion. El fondant de chocolate con helado muy bueno y un postre como un pie de limon pero ese no era el nombre jajaja pero tambien fue una recomendacion y si muy sabroso.

Delicioso todo.  El ambiente se presta para una comida romántica, de negocios o simplemente distraerse. La atención es impecable y los postres son del más allá.

Excelente ambiente en el Area del Lounge para tomar unos tragos, los cuales por cierto son espectaculares muy buena la sugerencia de sus mesoneros y el servicio inigualable, además de una música perfecta y acorde al sitio, la comida igual de exquisita tienen que probar su ensalada de pollo y el sushi de langostinos. Este sitio continúa sin perder su estilo único, vale la pena continuar visitándolo!

Ambiente formidable, al entrar automáticamente emprendes un viaje por tierras lejanas, comida exótica y de muy buen gusto. Ideal para cualquier celebración de lo mejor que hay en nuestra ciudad capital.

Al fin algo nuevo e importante que reseñar gastronómicamente hablando en Caracas. El local es sencillamente fabuloso, vale la pena ir solo para recorrer y admirar el local, un comedor amplio, amplisimo con el característico buddha de esta franquicia y un bar en el segundo piso digno del primer mundo, al fin Caracas tiene un bar! Revisando hacia atrás creo que el ultimo restaurante que abrió en Caracas de características similares seria Malabar (ya hace mas de una década). La comida buena con algunos aciertos memorables como el tratar de atún. El servicio, aunque aun les falta por mejorar la disposición esta y eso se agradece. Me pareció particularmente importante resaltar lo pendiente que están los dueños del desempeño de los mesoneros, parecían directores de orquesta pendientes del mas mínimo detalle. Bravo! Y gracias por devolvernos la idea de que vivimos en una ciudad donde pasan cosas.