Nuevo restaurante italiano al que llegue con expectativas que, desafortunadamente, fueron defraudadas: pedí una cartoccio, que era de porción reducida, me trajeron la pasta equivocada, apesar de haber hecho una solicitud clara, y al plato le faltaban ingredientes clásicos en esa preparación. Además, este restaurante comienza con la muy mala práctica del cobro compulsivo del servicio, el cual pedí que fuera retirado, ya que pretendían cobrarlo a pesar del error y del mal servicio que me prestaron. Precios entre moderados y altos, para un promedio de unos 20$ por comensal, con plato principal y bebida. Ubicación privilegiada y lugar físico agradable, con luz algo tenue y aspecto de cierta formalidad. Sin razones para volver, ya que se me ocurre, al menos, una decena de mejores alternativas italianas.
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