Después de muchos años vuelvo al Gran Café para depecionarme el ambiente no es nada malo , el servicio es bastante aceptable aunque tienes que pagar antes de comer asumo que por los clientes que se van sin pagar pero eso limite comer algo más, pero lo peor fue la Comida pedí un supuesta Hamburguesa de Pollo mal servida en un pan desastroso con medio litro de salsas que lo hacía imposible el Comer tuve que pedir cubiertos para medio aprovechar algo de lo servido las papas un verdadero desastre... no creo que la vuelva a pedir
Sobre el restaurante



Reseñas
(14 reseñas)Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + Plato principal + Bebida SIN ALCOHOL
Gran variedad en comida y dulces. Buenos precios y buena atención. El lugar es bastante acogedor y cuenta con tres tipos de ambientes.
Quise conocer este emblemático lugar del Boulevard de Sabana Grande. Sin embargo, los precios no corresponden a la calidad de lo que ofrecen, el café estuvo muy malo, al punto de casi no poder tomarlo. La atención bastante deficiente. No lo recomiendo.
Todo un ícono de Caracas. Ya no tiene aquella presencia mágica de su época de oro, ni tampoco tan buenos sándwiches y ni siquiera tan buen café. Sé que está en nuevas manos. Por ahí leí en una entrevista que su nuevo dueño quiere rescatar todo lo bueno de su mejor época: más le vale que le ponga más empeño, por el bien de este histórico café. Apenas era yo un muchacho, cefeinómano precoz, cuando iba a este lugar a tomarme un café bien servido. Mi padre tenía una marquetería en la Solano, ramo ya casi desaparecido. Y yo, muchas veces, a pesar de lo joven, andaba en plena búsqueda existencial. Toda esa zona era como un Camino de Compostela para mí. Peregrinaba hasta el almacen Vuelvan Caras, otro icónico lugar, justo frente a la iglesia, a buscarle un nuevo sentido a la vida. Un nuevo y extraño té, un ingrediente macrobiótico, un libro zen y lo infaltable: el té bancha japonés, que era bien caro, pero era como un tesoro muy preciado. De allí luego bajaba al Gran Café, la parada obligada, a tomar el café que me hacía meditar. Y luego seguía, cual peregrino, rumbo al templo de mi casa, no sin antes hacer una última parada en otro lugar sagrado: la Savoy de Sabana Grande, a comprarme mi bolsa llena de retazos de chocolate, para llenarme de serotoninas tres días seguidos. Al nuevo dueño y al personal de este café me gustaría alentarlos a mejorar la calidad de su menú, que lo hagan por todo lo que representa ese lugar, otrora lugar en el que se reunían no sólo personajes de la mafia, amigos de Mr. Charrière muchos de ellos, sino también el sitio en el que se reunían muchos intelectuales. Si necesitan ayuda, pueden contar conmigo. Reúno el perfil ideal: tengo cara de mafioso y tengo un gran aire de intelectual también. Mi presencia allí les podría ayudar mucho. ¿O qué es lo que esperan? ¿Que una pandilla de reguetoneros comience a frecuentar el lugar y se instale allí a rebajarles más el nivel? Si permiten eso… les deseo buena suerte.
Una experiencia no tan buena. Fui al lugar a comer pizza y vaya que la calidad de la misma es muy baja. Ambiente regular. La atención en general deja mucho que pensar, solo hago la salvedad para la chica que nos atendió en la mesa. Creo que a comer no iría más, quizá por unos tragos si.
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