Hotel El Limón

Regresé a El Limón y creo que en NYC, se puede pagar en un restaurante lo que cuesta aquí la comida. Para el precio, la cantidad de fallas fue gigante, platos que llegaron fríos, papas fritas enchumbadas, falta de sabor en algunos platos, sirven bebidas y comidas en vasos y platos astillados o sin un pedazo. Definitivamente no regreso, para ir hasta ese lugar y lidiar con las personas que están afuera con los carros, la falta de distanciamiento social en pandemia, los precios de locura, el lugar donde está ubicado y las fallas, ya no vuelvo a pasar la experiencia. Las porciones siguen siendo grandes, pero no compensa lo anterior. Hasta la vista.

Sigue siendo una magnífica opción, la comida es de muy buen gusto aunquen está faltando un poco de sazón, las porciones no son miserables como en casi todos los sitios, aquí son muy completas y reflejan el valor de lo pagado. La milanesa no estaba muy buena, le faltaba sabor y un poco mas de cariño en la condimentación, se siente que hace falta mas calma en esa cocina tan congestionada. Las papas fritas q venían como contorno, no eran las mismas de las muy buenas del pollo a la canasta y eso fue un error, te sientes engañado. Los jugos muy buenos, el Nestea un poco simple, le faltaba vitamina. El cartoccio de lomito muy en su punto solicitado, igual que la pasta, el pan con ajo es sublime, la sopa de cebolla es una muy buena opción reconstituyente. Tiene en general el lugar muy buena atención. Los baños tienen jabón y papel para secarte las manos, lo cual es el mínimo indispensable que deben tener los lugares para atender público y que muchas veces falta en lugares mas "exclusivos".

Un restaurante que nunca deja mal, las porciones abundantes la comida buena, recomiendo el pollo a la canasta y el asopado, perfectos para compartir. La atención lenta a veces porque siempre esta full. Los precios aumentaron pero todavía buena relación cantidad-precio-calidad.

Siempre es bueno comer en el Limón los mesoneros atentos, los capitanes con buenas sugerencias y la comida excelente. Uno de los pocos restaurantes donde todavía sirven pan y mantequilla, eso es algo para resaltar. El pollo a la canasta y las pasta a la marinera las recomiendo con los ojos cerrados. Las porciones son abundantes para dos personas siempre digo yo. Los precios y la calidad increíbles.

Sigue siendo de mis favoritos, calidad y cantidad. No escatiman en sabor. Está en el top de los mejores sitios de comida internacional de caracas. La atención garantizada, productos frescos. Todo excelente. Es caro pero vale la pena.