Para mi este sitio es de los que son famosos porque son famosos, mucho más nombre y publicidad que otra cosa. La atención es buena, me sirvieron una copa con lápiz labial y el señor que nos atendió se mostró muy atento y se disculpó. Yo pedí un trío de pastas que estaba desabrido, no se sentían las salsas la pasta aguada y fría. El famoso arroz con mango, lo mejor que tiene es el nombre que es bastante original y acorde con el concepto, la idea es que se le pongan un montón de cosas a una base de arroz, al final todo se revuelve y bueno, de allí me imagino que salió el nombre. A mi no me gustó, estaba frío y eso me pareció desagradable al mezclarlo con las especies; sin embargo, debo admitir que la presentación es muy linda y atractiva. Lo que realmente disfruté fue una crema de ajoporro que pusieron dentro de un pancito como entrada, quería seguir comiendo y que me sirvieran más. El ambiente si es lo que salva para mi la reputación de este sitio, es preciosa una mezcla de rústica con elegante, súper acogedora, a mí me encantó. No volvería a comer ahí, pero es una experiencia que se tiene que vivir, así que si quieren ir, adelante.
