Real Past es un clásico para los presupuestos limitados en Caracas. Por lo tanto es un templo para estudiantes y para invitar sin perder la quincena. Hacen la pasta en casa y siguen siendo generosos en raciones y salsas. Su gran secreto, la joya de la corona, es el pan. No hay otro pan en el universo y sus alrededores y como el de Real Past. Así que es un fortuna que lo sigan haciendo. Hace poco, por limitaciones de harina, sólo lo vendían en el servicio horneado con mantequilla y ajo, así que sabía mucho mejor. Era el nivel súper sayayín del pan. Si te gusta la pasta más al dente, es complicado que lo hagan así. Suele ser muy suave. Así que el secreto es pedir los platos gratinados, eso te garantiza que al menos, tras pasar por el horno, será un poco más firme. La salsa "rica" es una mezcla de varias salsas, así que podrás probar de todo. Los ñoquis están aceptables y el pasticho de kilo resuelve bastante bien en casa. Otro secreto es que sus postres son de la Tartufo, una gran pastelería en Caracas, así que nunca están de más. No vas a Real Past a buscar una experiencia gourmet. Vas a comer bien, quedar lleno y hablar un buen rato con gente querida. Déjale una buena propina a los mesoneros. Son gente buena.
