Fui por ser de la misma gente de Sempre Dittro, ya con esa referencia es suficiente. De entrada pedimos la melanzane alla parmigiana y el provolone alla piastra, la entrada fue lo mejor de todo, es difícil cuando comienzas con la barra tan arriba y lo que sigue estuvo muy bien, pero definitivamente no superó el comienzo. De principal fuimos por los rigatoni alla zozzona por recomendación del mesero, están interesantes aunque si vuelvo probaría otra cosa, es decir no será un “fijo”, también probamos los linguine frutti di mare, muy buenos. Cerramos con el tortine al caramelo que fue un buen cierre. La variedad de vinos no es muy amplia, hay para acompañar, pero repito no es amplia la selección. El ambiente; No se si fue casual, pero en las tres mesas cerca de nosotros habían niños jugando con sus teléfonos a todo volumen, le pedí al mesero si podía pedirles que les bajaran el volumen debido a que todos juntos era una cacofonía infernal, el mesero me escuchó pero no hizo nada y lastimosamente estaba totalmente lleno de la nueva sociedad de Caracas, creo que ya con esto no hay más que agregar del ambiente… La decoración y el diseño están bien, es tal cual un típico restaurante de la Toscana.
