Tuve mis reservas para volver a este rest, despues de todo, no habia ido desde hace 8 años, mas leyendo las ultimas reseñas de este portal (datan de hace dos años, era otra Venezuela) para resumir, es un sitio nostalgico, de aquella Venezuela ochentosa, por definirlo de alguna forma. Al tomar la decisión de asistir con mi familia, me di cuenta de algunas cosas:
a) En ningun momento dejé de ser atendido, hay mucho esmero en no abordar con "nata y queso" al comensal, hay un equilibrio entre ser atendido adecuadamente y crear espacios para tomar decisiones gastronomicas. Lo cual agradecemos enormemente.
b) El ambiente es el que esperaba, esa reminiscencia de mi infancia se mantiene, las flores, los arboles formando parte del decorado, las paredes demostrando que la edad no tiene fecha de caducidad, se siente un cambio hacia la modernidad sin dejar de prestar atención a lo verdaderamente valioso, su legado. Creo que todo lugar cuenta una historia, y es esa parte de la Venezuela pujante que este restaurant representa lo que motiva e inspira.
c) La comida es buena, y me voy a expresar en ese solo término, puede que en otros sitios la carne sea controlada en su cocción y presentación con mucha mas precisión, pero no espero eso solamente, un restaurant de carne siempre tendra un toque rustico por mas que quisieramos refinarlo. Y eso es lo que destaca la Estancia, ese equilibrio entre lo rural y citadino. Es absurdo comparar al celler de can roca con la estancia, ambos tienen su encanto, y puede que sea algo romantico al escribir estas letras, pero si he sido de la posición, que tanto la musica como la comida no es cuestion de exactitud, es de ACTITUD.
Claro que volveré sonriente a este sitio que ahora será parte de mi historia.
