La Poma

Las barquillas son grandes y ricas, es una buena opción, mi sabor de helado favorito es el de chocolate blanco y el de chocobrownie, los dulces saben bien, pero no son muy agradables a la vista, el ambiente es pesado y se hace demasiada cola. Además las ultimas veces que he ido, no hay barquillas, solo tinitas. Esta decayendo dramáticamente.

Las tortas son muy ricas en especial la de chocolate es muy impresionante su sabor e intenso combinó esta vez junto a un helado de fresa

Las mega barquillas de Ccs y las hacen ellos mismos, los helados son ricos y tienen varios sabores, los postres son gigantes y las tortas. Deben probar la milhojas es BRUTAL. En comparación a otras heladerías esta se llena que la gente hace cola para poder pagar y pedir, pero por algo la gente hace esa cola porque son BRUTALES. En ambiente, deben mejorarlo o ponerle mas cariño porque es un sitio clave, el servicio si no es muy bueno o algunos que sirven helado no saben que sabores hay y no señalan tampoco los sabores y uno no puede saber cual es cual.

El mejor helado de parchita, la galleta del cono divina, tienen variedad en sabores y sirven sin hambre, el precio acorde al producto. Lo malo es la cola qué hay que hacer y no hay espacio suficiente dentro del local.

Si tienes una mente de gordito, y los helados y postres fríos son tu delirio, La Poma es el lugar para ti. No tienen mucha variedad en los helados, supongamos que es por tema país, pero los sabores son deliciosos y las presentaciones te hacen agua la boca. En cuanto a los dulces fríos, son unas porciones grandes, y terminas degustando un pequeño manjar. Los precios son muy accesibles considerando que te ofrecen porciones grandes, casi gigantes. La galleta de la barquilla es para mí, lo que les da un toque especial a los helados. Ahora, el servicio es bueno, tomando en cuenta que el lugar siempre está abarrotado y que por eso deben atender lo más rápido posible para que alcance el tiempo para todos. Te encontrarás una cola enorme para pagar, pero la espera lo vale. Es un poco incómodo porque si no consigues mesa en la parte de atrás del local (que no es muy chic que digamos) te toca salir al bulevar de Sabana Grande, lo cual es una odisea, porque no hay banquitos libres casi nunca, y siempre se te para un niño a pedirte. Te lo recomiendo totalmente, sólo armate de paciencia y ten ya visualizado otro sitio para comerte tu sabroso postre o helado.