Leal, un restaurante emblemático de Caracas toma nuevos bríos, con José Antonio Casanova tras los fogones. Una cocina de autor que es todo un lujo al paladar y a la imaginación, no podría decirles cuál fue el mejor de los platos que se probaron porque todos eran sublimes, de verdad no existe otro calificativo. Ciertamente está acoplando su trabajo y su propuesta gastronómica a este restaurante, que apuesta muy alto al venir de las manos de Edgar Leal. Todos coincidimos al visitarlo que es necesario poner a punto a su brigada negra para que estén a la altura de los platos allí expuestos, así como atenuar la intensidad de las excesivas luces de toda la sala para hacer la velada aún grata y apacible, para invitar a las comensales a extender la visita con amplias tertulias. Definitivamente deben visitarlo si desean probar una comida que es todo un lujo a los sentidos.

Es un local pequeño, donde te reciben con una gran sonrisa y la mejor disposición para atenderte. El muchacho de la caja, que también vimos entrega la comida en las mesas, te da un visión detallada de cada plato y tipo de queso cabra utilizado. La comida es buena y la cantidad es la justa. Vale la pena probar cada queso para reconocer sus sabores y determinar cuál realmente te gusta. Es costoso, si lo comparas con un restaurante, pero si tomas en cuenta que todo se hace con queso de Cabra te das cuenta del porqué de su precio. Llama la atención que en ninguna parte puedes ver el precio de los platos, ni te ofrecen una carta que los tenga, creo que este es un punto a considerar y corregir sobre todo en estos tiempos donde es importante saber cuánto cuesta lo que vamos a consumir. Por ser un local pequeño se torna bullicioso, tómenlo en cuenta si lo que buscan es un lugar apacible. La atención muy buena desde que llegas hasta que te vas.

Si quieres comer un buen fondue sin tener que salir de CARACAS esté es el lugar que debes visitar. La Carta muy ajustada en relación calidad precio y el servicio esmerado. Es de esos lugares que provoca repetir cada vez que hay oportunidad, el ambiente muy agradable.

Tenía muchos años sin venir a este restaurante y deja mucho que desear de la última vez. El servicio es muy lento y pareciera no estar entrenado, a unas mesas le sirven caldo de pescado al entrar y en otras son los comensales los que tienen que pedirlo. La comida salada en todos los platos pedidos, la fideuá es una pasta larga que en nada se parece al plato español, yo sugeriría sacarlo del menú o picar la pasta, que de por si es demasiado gruesa. Ciertamente no fue una experiencia agradable y si consideras la relación precio valor sugeriría revisar otras opciones antes de visitar este restaurante.

Excelente lugar si lo que deseas es comer cochino bien elaborado y con ese sabor ahumado que nos recuerda la comida con leña. Importante: si vas luego a otro lugar no vayas a comer dentro, pues no tienen ni una rendija por donde salga el olor ahumado y sales impregnado con el aroma a donde vayas. Las porciones son pequeñas y algunas no guardan relación con el precio, como el caso de la ensalada de repollo... La atención A1

Atención esmerada y siempre sonriente... local sumamente bullicioso en su parte interna, por lo que si esperas tranquilidad para comer hazlo en la terraza exterior donde el ambiente es más llevadero. La comida normal, nada que destacar alabar.

Un restaurante chino con muy poco estilo asiático a no ser por su comida, esa tradicional que no te deja mal. El servicio ya no es el mismo, al punto que si pides una cerveza ya no te traen el vaso tienes que pedirlo expresamente sino te toca directo de la botella.., el ambiente también ha desmejorado al punto que el mejor momento era cuando alguien entraba al restaurante porque la puerta quedaba entre abierta lo digo porque el aire acondicionado está dañado y el calor era insoportable. Usted decide si quiere comer allí o pedir para llevar.

Si quieres dejarte tentar por un buen corte de carne este es el lugar, la atención es esmerada, sus ensaladas no tienen comparación, de verdad excelentes... déjate sorprender por su ambiente tranquilo y elegante. Un lugar para volver...

Si vas sentirás que es un trozo de Argentina en la mesa... el servicio es un plus cada vez que lo visitas, te sorprenderá su carta en una bolsa para llevar. El ambiente bullicioso y desenfadado, pero siempre tolerable sobre todo si vas acompañado de amigos. Cero humo, la carne a término, las pizzas sugerentes y las ensaladas excelentes... si te gusta el fútbol allí la pasaras de lujo.

Al principio parece otro restaurante más, pero te cautiva el ambiente la danza del vientre y claro la comida... sus platos son un antes y un después de lo probado anteriormente, es toda una experiencia que bien vale la pena repetir. El servicio esmerado y siempre acompañado de una gran sonrisa.