Un restaurante más de comida italiana, nada espectacular, comida normal, buena atención. Creo que hay mejores a precios similares. La atención es buena, los espacios reducidos.

Es un espacio antiguo que tiene piezas interesantes, pero todo sucio mal cuidado, es incómodo desde lograr estacionarse hasta conseguir una mesa. He ido dos veces la primera experiencia fue mala así que di cabida a una segunda oportunidad dónde pedí a quien despacha el café el mejor café que allí sirvieran, y la verdad he tomado mejores cafés en taguaras cualquiera. Creo que viven de una historia que no han sabido respetar y mantener, el grano de café que usan o es malo o está mal almacenado. No volveré. Lamentable, espero mejoren porque la atención es buena

Buen concepto para una Caracas llena de malos restaurantes y además caros. Es una cata de jamones hechos en casa con antipastos muy bien elaborados. Una vista de Caracas que da la impresión de estar en el Ávila pero sigues en la ciudad. Descorche sin costo y atención cercana y amena. Es un lugar para conocer

Deja mucho que desear sobre todo lo que se ve en la cocina y la calidad de los platos. Aceite reutilizado donde un roll tempurizado tenía rastros de aceite viejo y sabor a platano, algo de muy mal gusto para tan costosa comida. Han perdido el toque delicado y sublime, de la cultura japonesa. No vuelvo en mi vida a este lugar. El Mesonero, quien atendía todas las mesas del local es a mi juicio el único, de todo el personal que merece mención especial.

Excelente lugar, tranquilo ideal para compartir en pareja o familia. La atención muy buena, la comida excelente, nada que criticarle. Quizás por el tipo de comida es costoso donde vayas pero bien vale la pena si te gusta el Sushi.

Asistí con grandes expectativas, que poco a poco fueron disminuyendo. La atención es realmente buena, el local muy bien decorado, impecable. La música fuera de lugar, a un volumen poco relajante. En cuanto a la comida. Cócteles innovadores muy bien elaborados a precios exagerados. La entrada pedimos para probar un plato para compartir que contenía dos tostones playeros, dos tequeños, dos mandocas y dos buñuelos nada extraordinario de hecho de normal a simple, excepto el precio eso sí es extraordinario. Adicional pedimos un Carpaccio de lomito a la parrilla, a mi juicio y el de mi esposa el mejor plato de la noche, con un profundo sabor a parrilla, muy bueno, aunque una vez más precio exagerado. De principal mi esposa pidió un risotto de espárragos y langostinos, plato fuera de la carta y recomendado por el mismo chef moreno, pero una decepción total. Los espárragos no existían, y el arroz estaba sobre cocido, parecía sopa de arroz, lo resaltante tenía muchos langostinos, el error al no estar en la carta no sabes el precio y allí se fue el 40% de la cuenta. El otro plato principal fue un arroz chaufa fusión, un pobre plato de arroz donde incluso tocó comerme trozos crudos de cebollin Adicionalmente trozos de plátano ya maduro bañados en papelón y el arroz picante en exceso y eso que disfruto del picante. No pedimos postre y el café que decía ser de carbone, pues dudo muchísimo que eso sea café de ese grano. Carbone debería revisar que hacen con su excelente grano. Al recibir la cuenta o sorpresa, el agua que te sirven sin preguntar la cobran, dos micro panes de entrada que nunca pedí están en la cuenta. Una grosería total. La realidad es que de sabor autóctono o mantuano poco, a menos que Venezuela cocine con papelón todo. Las salsas que te dan para las entradas no sabían más que a mayonesa, pobre sabor. Este restaurante me dejó sin ganas de volver lo que implica que su comida no llega no encanta no sorprende y sus precios son exagerados.

Una Heladería mas, sin embargo el helado ferrero Roche se los recomiendo. No probé las comidas, que se veían bastante buenas sobre todo las ensaladas y las crepes de Nutella. Volveré aunque el lugar es como poco espacioso para el volumen de gente que los visita.

Mucha infraestructura para tan mal servicio. El lugar es agradable en cuanto a su decoración, sin embargo en servicio y en calidad de la comida deja mucho que desear. Lo calificaría mas como un restaurante de comida rápida, o como mucho una pollera o a nivel de los restaurantes de arepas, cachapas y muchas otras cosas que trabajan 24 horas en la principal de la misma avenida de las Mercedes. Poco o casi nada que decir, bueno una cosa mas NO TOMEN AGUA de la que sirven, tenia mal aspecto, mal sabor. Adicionalmente pedí un café normal café marrón, realmente MALO. Comi un Cartocho de Lomito, que ni era lomito ni estaba bien cocinado, ademas no estuvo acompañado de linguini como corresponde, en fin caro y malo

Se realizó reserva, la cual fue respetada con mesa y nombre en ella perfectamente preparada para los comensales. El restaurante a primera impresión limpio sencillamente decorado, en general un estilo agradable y sobrio. La carta de vinos con costos muy elevados lo mas económico un vino chileno llamado vista mar que indicaba 13.500Bs y fue facturado en 16.500 Bs. La carta de pocos platos pero todos parecieran muy bien elaborados. Al ordenar ofrecen platos fuera de la carta ordene un anti pasto que al verlo reflejado eb la factura duplicaba el costo de la entrada mas cara de la carta. En fin comimos langostinos salteados en mantequilla con alcachofas salteadas y mayonesa elaborada en casa con trufa, un arroz negro con sepia y unos noquis a la scala. La cocina de este restaurante en general muy buena y su atención excelente. El tema de sus precios es otra historia a mi juicio exagerados. De postre comimos panacotta y profiteroles con helado bañados en salsa tibia de chocolate ambos postres exquisitos pero al menos al doble dell costo esperado, ya que no existe carta alguna para validar su costo. En fin el restaurante de buena cocina. Les recomiendo no pedir vino ni salirse de la carta. De volver lo haria pero limitando algunas opciones como postres y vinos.

La calidad de la atención inicia con el Valet Parking , al entrar un ambiente absolutamente diferente te sorprende, es una decoración entre moderna y antigua con espacios para compartir en grupos y espacios para comer tranquilamente. La atención dentro del restaurante simplemente excelente. Una carta de vinos variada y con precios acordes al mercado. La carta variada entre una oferta de platos italianos, sushi de primera calidad y pizzas algo extraño pero todo muy bien preparado con presentaciones impecables. En nuestro caso tomamos un vino, con el unico detalle de no estar a la temperatura correcta, comimos un carpacho de salmón excelente y tres platos de sushi para compartir finalizando con un fondan de chocolate muy bien preparado y servido. Sin duda volvere a este restaurante a tomar algunos tragos y probar su menú italiano.