Acudimos con una gran expectativa, similar al golpe de realidad que recibimos. El local y ambiente es ruidoso, pequeño y algo incómodo, si te toca comer afuera el ruido y calor es insoportable. El camarero fue poco amable y todo el servicio está basado en que comas rápido y te retires, muy desagradable y te hace toda la experiencia mala. La comida fue normalita, nada especial, ni en calidad, ingredientes ni en porciones, tienen eso si, una muy bien lograda salsa roja, bien aderezada y con buenos tomates, esa salsa en las pizzas y platos de pasta o ñoquis es muy buen punto, pero nada más, hasta ahí. El ñoquis fue una ración mínima, como de niño que casi no come, la lasagna normalita le faltaba queso, le pedí le pusieran bastante por encima lo cual hizo con desgano. Todo se siente muy miserable, contrario a lo que es la verdadera comida italiana que con sus sabores y porciones cambia todo, aquí sientes que todo es como de prueba. Las opciones de bebidas son bien restringidas, pocas opciones y resultó eso un grave handicap. Baños limpios y con jabón y papel para secarte las manos. Lugar costosísimo y cuando vemos el precio con la calidad-porción, pues resulta una oferta muy poco atractiva. Pedimos dos postres a ver si terminábamos con buenas y dulces opciones y fue lo peor de la experiencia, un helado de muy buena textura y nada más, sin sabor, sin topping de ningún tipo era de pistacho y con unos pocos pistachos como garrapiñados encima que fue lo mejor del helado, pero sin una salsita de pistacho, nada, súper miserable en sabor, no quisieron gastar en nada, el tiramisú, probablemente el peor y más caro que haya probado jamás, en Roma en Two Sizes cuestan 3 Euros, aquí cuesta 14$ y es terriblemente malo además, el biscocho no sabe a nada, no tuvo ni remotamente sabor a café y la crema es terriblemente mala y sin sabor, es como que tuviera tiempo refrigerado y además se le hubieran pasado otros sabores de la nevera, realizan un camuflaje de espolvorear cacao encima para que no se note su textura y te sirven esa cosa, casi incomible, cualquier tiramisú de panadería les resultará una mejor experiencia y no les costará el abusivo y estratósferico y fuera de mercado precio de este, en NYC tampoco jamás encontrará un tiramisú por ese valor. Lugar costosísimo, pero muy caro, para una comida, ambiente y experiencia que para nada lo vale, hay varias opciones mucho mejores y con mejores precios, de mi parte debut y despedida, no piso más este lugar, muy mala experiencia.

Muy difícil de estacionarse, servicio normalito, café bien, pero no esperen tampoco que sea nada de otro mundo, este café recientemente reabierto tiene una tradición de 60 años, lo cual se puede verificar de las fotos de las paredes. Es abusivamente caro y el café molido para llevar es el más costoso que haya visto en Venezuela, así no. No vuelvo, mucha suerte con toda esa historia.

Muy buenos helados, con sabores variados y algunos no tradicionales, los cremosos son bueno y los de frutas muy logrados. Pedimos un café y ya había limpiado la máquina aunque estaba abierto y no tenían agua fría. La atención no es esmerada y tienen una terrazita que es bien agradable y podría ser mejor explotada, pero con mesas sucias porque la gente es asi y entonces llegan moscas, pudieran estar atentos a esos detalles.

Bonito lugar pero con mucha dificultad para estacionarse, café, comida, bebidas y dulces normalitos y caros. Atención nada particular. Si tuvieran buen producto se pudiera regresar, pero nada es como para tener ganas de repetir.

Lugar que si se puede evitar hágalo. Microscópicas hamburguesas que hasta los niños quedan con hambre, no sé si es por la acostumbrada miseria con que nos tratan generalmente o por otra razón snob que desconozco, lo cierto es que es absurdo. Aunado a lo anterior, nada inolvidable de sabor o presentación la mini hamburguesita. La atención no fue muy amable y eso hizo la experiencia más desagradable. Parece ser que ponerle una facilista a la hamburguesisisita constituye un gigante e interesante upgrade.... En fin. No regreso

El León, pues sigue siendo lo mismo de siempre, no vas a ir por una buena comida, sino por algo para picar sin pretensiones con las cervezas, mientras hablas con amigos. La pizza normalita, pequeña y el mismo sabor de siempre, todo está como más pequeño en porciones que antes. La atención buena de los camareros y una muy agradable terraza donde estar o conversar. Creo que pudo evolucionar a algo más, pero evidente no es la intención de los dueños.

Mucho tiempo sin ir a este Restaurante, con un ambiente agradable aún la cantidad de pantallas con una película que nadie ve. Podrían colocar buenos videos de Youtube a un volumen tolerable y sería mejor. Las pizza salieron muy rápido y estaban bien, eso sí, a la salsa le falta un mayor sabor y carácter. Habían pizzas de 27$ y no sé, pero por masa, salsa y queso resulta absurdo. Tienen de opción unas jarras de Nestea que resulta un poco aguado, no cuesta nada hacerlo gustoso si cobras por ello. Pedimos brownie con helado y crema, sorprendentemente fue lo mejor, estaba de 10. La atención buena, estaban atentos, para pagar y sacar la factura esperamos bastante aún cuando había poca gente. Se le daría otra oportunidad, pero deben mejorar.

Pizza cara y normalita. No quisieron darnos una mesa que estaba vacía. Pero nos ofrecieron una que estaba vacía al frente de un Dj. Es increíble que esta gente no sabe que la gente va a comer, no a una disco un domingo en la noche. Atormentante ambiente. Así no se puede comer ni disfrutar una salida a compartir, entiendan que son una pizzería, no es tan difícil. No regreso

Muy rico helado en unos conos recién hechos que llevan azúcar con canela, los sabores tropicalizados que si con Cocosette o Susy o cosas así, no los recomiendo, su base es muy buena, hay varios otros sabores para elegir. El sitio es pequeñísimo, tiene 4 o 5 mesas y la gente luego de comer se queda sentada y no las invitan a retirarse y eso hace complicado el asunto, se hace fila afuera y debes contar con mucha suerte si hay donde estacionarse. El helado y el cono vale la pena, es repetible, son grandes y bien gustoso. El servicio es muy lento y eso complica la espera, no sé si es a propósito a ver si se vacían las mesas, podrían colocar algunas altas para comer el helado parado, tienen espacio. Un buen café sería algo ideal.

He ido 3 veces antes de escribir la reseña, ninguna de las veces me he ido sorprendido por la comida o el servicio, todo lo contrario, lugar costosísimo y en cuanto carne un producto de normalito a malo, aunado a la mala distribución de las mesas y al excesivo humo, siempre saldrás ahumado de este sitio. Para comer carne hay muchos lugares mejores en todos los sentidos. De la carta siempre hay es la mitad de las cosas y es muy complicado sentarse y hacerlo al lado de la cocina, se asegura pasarlo mal, solo puedo recordar unas papas trufadas que estaban ok y nada más. De ser por mi no lo repetiría ni una vez más.