Lugar relativamente económico, algo incómodo (las sillas resaltan por su dureza y en algunos puestos no se pueden estirar las piernas), muy solo y servicio bastante lento a pesar de que era el único cliente. Las pizzas tienden a ser delgadas, con abundante queso, pero escasez de los otros ingredientes. El ambiente es entre retro y bohemio con cierto aire de decadencia. Experiencia, en general, mediocre.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Podrá pasar un rato, unos tragos está bien. Es útil para cuando estás en la zona o sales del teatro para relajar un poco. A veces muy lleno y los mesoneros no dan a basto. Es algo así relajado, informal, bullicioso, detiene del gusto de cada quien. Las pizzas regulares. A veces hay música en vivo.
Es más un lugar para reunirse y tomar cervezas. La opción de tragos y cócteles a base de cocuy es un atractivo. El menú es sencillo y destacan las pizzas. Es común que se presente algún grupo para tocar en vivo. En fin un ambiente bohemio. Hay un cover que va en el consumo.
Es un sitio chevere para tomarse unos tragos economicos y pasar el rato. El servicio es muy lento, los tragos los traen super rapido pero cualquiera de las cosas de comida tardan años y los mesoneros no tienen ni idea de lo que hay disponible o no en el menu. Las pizzas no estan mal y tienen el tamaño ideal para picar entre varios. Es un sitio chevere para compartir y pasar un rato agradable.
Local de tinte socialista pero con precios algo oligarcas donde venden buenos traguitos a base de miche o cocuy. Adicionalmente venden unas pizzas pequeñas como para picar que saben bien y una que otra opción adicional que ha ido variando en el menú con el pasar del tiempo. El ambiente es de luz tenue, algo ruidoso. Los jueves presentan música en vivo. La atención es regular y el estacionamiento cierra antes de que cierre el local
Lugar relativamente económico, algo incómodo (las sillas resaltan por su dureza y en algunos puestos no se pueden estirar las piernas), muy solo y servicio bastante lento a pesar de que era el único cliente. Las pizzas tienden a ser delgadas, con abundante queso, pero escasez de los otros ingredientes. El ambiente es entre retro y bohemio con cierto aire de decadencia. Experiencia, en general, mediocre.
Es la primera Patana de Caracas, y mi favorita. Este concepto traído desde Mérida e insertado en pleno corazón de Chacao, ha calado tan bien desde el principio que el local ha sobrevivido a tiempos políticos y sociales tumultuosos, creo que tiene que ver con la buena vibra y carácter solidario de los dueños y su personal, también por sus precios razonables, pizzas autenticas, tragos honestos y el agradable ambiente, que en sus primeros años recibía al cliente con un shot “simonero” por la casa y así te preparabas para hacer tu pedido. El ambiente es de calidez, con iluminación tenue, la atención es muy amable, la gente que visita el sitio es del tipo bohemia y multi-etáreay y cuando hay música en vivo se siente como un concierto tipo íntimo. Una limitante para este local sería el cierre del estacionamiento a la media noche, por lo que se recomienda llegar temprano, tanto para obtener una mesa, como para que “rinda” la noche, Arriba Pataneros!!!
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