Me habían hablado mucho de lo buena que es está panadería, sin embargo, no he probado sus postres. El día que fui solo quería almorzar, aproveche de pedirme un pasticho de berenjena y debo confesar que estaba exquisito, la porción es ideal, el sabor no se los puedo explicar, tienen que probarlo, me pareció una buena opción por la relación calidad precio ya que dos canelones de Ricotta con espinaca que en tamaño eran menos de mitad del pasticho, costaban lo mismo. El ambiente es muy bonito, amplio y cálido, el estilo es encantador. La atención es buena, lo normal, aunque me desagrada que no te den cambio en pago móvil si aceptan divisas y no tienen billetes de baja denominación para darte vuelto, debes cancelar por punto o exacto en efectivo o zelle.
