Para mí todo restaurante que ofrezca la opción de comer al aire libre, más aún con el Ávila de fondo, merece las 5 estrellas de ambiente. La comida es muy buena, al igual que la atención, por lo que todo en conjunto hacen que sea una excelente opción para pasar un rato ameno y comer bien.
Este es un buen lugar para aquellos que les gusta comer abundante. Por su ambiente y ubicación, la mayoría de las veces hemos pedido la comida para llevar. La tortilla española y la empanada gallega no suelen defraudar. Personalmente prefiero más calidad que cantidad, pero es una opción.
Fuimos a este restaurante motivados por los buenos comentarios y por estar buscando un lugar en el Hatillo especializado en pescados y mariscos. La primera impresión no fue la mejor por lo desolado del lugar y la decoración un poco antigua, pero debe reconocer que esa impresión mejoró cuando llegó la comida. Todo estuvo muy rico, la paella y el fidegua muy bien preparados y abundantes, aun cuando no tenían mucha variedad de mariscos. Buenos vinos. El ambiente agradable y familiar. La atención esmerada y cordial. Los postres frescos por ser de la panadería que tienen abajo, más nada de destacar. Lo definiría como un lugar donde se puede comer bueno, bonito y a precios razonables.
Restaurante pequeño, muy bien ubicado frente a la plaza Bolívar del Hatillo, con un ambiente agradable y tranquilo. Una excelente opción para disfrutar de la gastronomía venezolana, con un estilo gourmet. La comida es buenísima, más no abundante, será por eso que de lo bueno poco. La presentación de los platos impecable. Un lugar ideal para llevar a alguien que esté de visita. Una buena experiencia para la vista y el paladar.
Retaurante pequeño, pero bonito, con un ambiente agradable y acogedor. Un lugar donde se le presta especial atención a los detalles y se busca la satisfacción del cliente, aunque no tuvimos mucha suerte con la elección de la comida. El Asado Negro estaba perfectamente presentado, pero la carne estaba seca, costaba pasarla, aún cuando la salsa estaba muy rica, al igual que el puré de plátano y el arroz. El Arroz con Pollo bueno, pero con muchas especias para nuestro gusto. Eso sí la presentación del plato igualmente impecable. Sin duda la ensalada fue el plus, por la frescura de los ingredientes que ellos mismos cultivan. Repetire para probar los desayunos y porque estoy segura que la experiencia puede ser mejor.
Solo basta visitar este restaurante, para confirmar sus buenos comentarios. Una excelente opción para comer pescados y mariscos frescos, en un ambiente tranquilo y relajado, con una privilegiada vista de la ciudad. Un lugar ideal para compartir en pareja una cena romántica o celebrar en familia una ocasión especial.
Un rincón de Corea en Caracas. El ambiente es acogedor, te hace sentir como si estuvieras en la casa de una familia coreana por lo pequeño del lugar y la decoración. La comida es muy buena, no todo es picante, hay diferentes opciones. La atención es rápida. Los precios un poco costoso, pero vale la pena cuando se quiere matar el antojo de comer comida coreana o cuando se quiere probar algo nuevo.
Muchos años sin ir a este lugar por pensar que ya no existía. Sigue siendo un lugar agradable y tranquilo donde tomar un café, aunque se ha desmejorado a la par del país. Lo precios de verdad son una locura. Una sale de ahí con la sensación de que te robaron, un pedazo de torta más de 1.000 BsF y lo peor es que ni siquiera estaban buenas. Uno entiende lo de la inflación, pero se pasan. No se justifican esos precios. El servicio nada de destacar. Pasarán muchos años más para volver a ir.
Tenía mucho tiempo si ir a este restaurante, porque de la última vez no me quedaron ganas de regresar. Sin embargo, el caos del tráfico de la hora pico y el hambre acumulada de no haber almorzado, no me dejaron otra opción. El servicio difícilmente pudo ser peor, los mesoneros (cuando aparecieron) discutiendo y preocupados solo por las propinas. La comida? Solo puedo decir que menos mal que tenía hambre. En pocas palabras y, para no hacerlo más largo, no entiendo como este sitio se mantiene y sigue funcionando. Por mi parte puedo decir, con toda seguridad, que ahora si no habrá más, una próxima oportunidad.
Triptico
Para mí todo restaurante que ofrezca la opción de comer al aire libre, más aún con el Ávila de fondo, merece las 5 estrellas de ambiente. La comida es muy buena, al igual que la atención, por lo que todo en conjunto hacen que sea una excelente opción para pasar un rato ameno y comer bien.
La Cita
Este es un buen lugar para aquellos que les gusta comer abundante. Por su ambiente y ubicación, la mayoría de las veces hemos pedido la comida para llevar. La tortilla española y la empanada gallega no suelen defraudar. Personalmente prefiero más calidad que cantidad, pero es una opción.
Girasol
Fuimos a este restaurante motivados por los buenos comentarios y por estar buscando un lugar en el Hatillo especializado en pescados y mariscos. La primera impresión no fue la mejor por lo desolado del lugar y la decoración un poco antigua, pero debe reconocer que esa impresión mejoró cuando llegó la comida. Todo estuvo muy rico, la paella y el fidegua muy bien preparados y abundantes, aun cuando no tenían mucha variedad de mariscos. Buenos vinos. El ambiente agradable y familiar. La atención esmerada y cordial. Los postres frescos por ser de la panadería que tienen abajo, más nada de destacar. Lo definiría como un lugar donde se puede comer bueno, bonito y a precios razonables.
Mingo eliminado
Restaurante pequeño, muy bien ubicado frente a la plaza Bolívar del Hatillo, con un ambiente agradable y tranquilo. Una excelente opción para disfrutar de la gastronomía venezolana, con un estilo gourmet. La comida es buenísima, más no abundante, será por eso que de lo bueno poco. La presentación de los platos impecable. Un lugar ideal para llevar a alguien que esté de visita. Una buena experiencia para la vista y el paladar.
La Casa Bistró
Retaurante pequeño, pero bonito, con un ambiente agradable y acogedor. Un lugar donde se le presta especial atención a los detalles y se busca la satisfacción del cliente, aunque no tuvimos mucha suerte con la elección de la comida. El Asado Negro estaba perfectamente presentado, pero la carne estaba seca, costaba pasarla, aún cuando la salsa estaba muy rica, al igual que el puré de plátano y el arroz. El Arroz con Pollo bueno, pero con muchas especias para nuestro gusto. Eso sí la presentación del plato igualmente impecable. Sin duda la ensalada fue el plus, por la frescura de los ingredientes que ellos mismos cultivan. Repetire para probar los desayunos y porque estoy segura que la experiencia puede ser mejor.
Oceanico
Solo basta visitar este restaurante, para confirmar sus buenos comentarios. Una excelente opción para comer pescados y mariscos frescos, en un ambiente tranquilo y relajado, con una privilegiada vista de la ciudad. Un lugar ideal para compartir en pareja una cena romántica o celebrar en familia una ocasión especial.
Din Din
Un rincón de Corea en Caracas. El ambiente es acogedor, te hace sentir como si estuvieras en la casa de una familia coreana por lo pequeño del lugar y la decoración. La comida es muy buena, no todo es picante, hay diferentes opciones. La atención es rápida. Los precios un poco costoso, pero vale la pena cuando se quiere matar el antojo de comer comida coreana o cuando se quiere probar algo nuevo.
Arábica Coffee Company
Muchos años sin ir a este lugar por pensar que ya no existía. Sigue siendo un lugar agradable y tranquilo donde tomar un café, aunque se ha desmejorado a la par del país. Lo precios de verdad son una locura. Una sale de ahí con la sensación de que te robaron, un pedazo de torta más de 1.000 BsF y lo peor es que ni siquiera estaban buenas. Uno entiende lo de la inflación, pero se pasan. No se justifican esos precios. El servicio nada de destacar. Pasarán muchos años más para volver a ir.
El Brasero
Este restaurante es una buena opción cuando provoca comer carne y se está por la zona. Buena atención, buena comida y buen ambiente.
Mamma Nostra
Tenía mucho tiempo si ir a este restaurante, porque de la última vez no me quedaron ganas de regresar. Sin embargo, el caos del tráfico de la hora pico y el hambre acumulada de no haber almorzado, no me dejaron otra opción. El servicio difícilmente pudo ser peor, los mesoneros (cuando aparecieron) discutiendo y preocupados solo por las propinas. La comida? Solo puedo decir que menos mal que tenía hambre. En pocas palabras y, para no hacerlo más largo, no entiendo como este sitio se mantiene y sigue funcionando. Por mi parte puedo decir, con toda seguridad, que ahora si no habrá más, una próxima oportunidad.