Ilba

Ilba mantiene su calidad en dulces, especialmente en sus colas de langosta y strudels, lo que no recomiendo es el café. El ambiente adentro con mobiliario antiguo y algo oscuro tiende a ser caluroso al mediodía, afuera pude ser más fresco. El servicio es jovial y amable.

Es de las mejores pastelerías de la zona de San Bernardino, con el estilo de esas pastelerías clásicas, está ubicada discretamente, casi pasa desapercibida, el ambiente interno es un poco oscuro, tienen unas mesas afuera, la atención es normal, todos los dulces y salados se ven frescos, el café normal, los profiteroles no lo lograron, su chocolate parecía sintético, porque nunca derritió, pero todo lo bueno que dicen sobre sus colas de langosta es cierto, son especiales, muy buenas.

Todos me hablaban de las colas de langosta de este lugar y Sin duda no se equivocaron frescas ¡divinas! Los profiteroles también estaban muy buenos. Las torrejas pasan. El lugar es bastante oscuro poco cálido. Quizás la atención es algo se suerte por que no me fue muy bien.

Aunque está ubicada en una calle bastante transitada de San Bernardino, no parece ser muy popular. Da la impresión de estar escondida a plena vista, o quizá el ritmo de la gente que pasa por la zona de les da para detenerse por un café y un dulce. El ambiente no es nada que resaltar, pero sí vale la pena hacer una parada para probar las colas de langosta (sfogliatelle), pues son las mejores que he probado en Caracas. Capas de masa fina, quebradiza. La romperá si no la trata con delicadeza, pero de alguna manera aguanta en su interior una cantidad exagerada de deliciosa y espesa crema pastelera. Le debo otra visita para probar otros dulces, que de paso ofrecen a buenod precios.

Clasica pastelería de la zona, el ambiente algo oscuro y no funcionaba el aire. Los dulces son frescos pero no habia mucha variedad. Probamos la Cola de Langosta y estaba fresca, crocante por fuera y buen relleno. Los mini selva negra y mini marquesa tambien frescos perro nada de otro mundo, el café fue fatal, un marrón aguado, triste y sin lujuria. La atención es decadente, creen que te hacen un favor al atender... no vuelvo.