Un lugar bastante pequeño e incomodo para la cantidad de personas que van sin embargo la gran cantidad de clientes solo refleja lo bueno de sus dulces. Puedes llegar a esperar hasta mas de una hora para ser atendido pero es algo digno de hacer al menos una vez. Sus profiteroles son sin duda algo que debe probar toda persona que pase por Caracas y sun tartas de nutella inigualables. Un buen precio por profiterol, y gran variedad de dulces pequeños son ideales para hacer un combito de dulces para regalar o un evento, incluso mejor que comprar una torta porque es mas rico y mas barato. Ya las tortas de panaderia repletas de crema pasaron a la historia.
Sobre el restaurante



SERVICIOS
Reseñas
(68 reseñas)Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + Plato principal + Bebida SIN ALCOHOL
Excelente pasteleria, todo absolutamente todo es fresco del dia, hay que ir temprano si quiere algo especifico porque se puede acabar, si desean se pueden encargar las tortas con antelacion. Esta vez me lleve mini dulces y mouse de parchita, excelentes!!!
La mejor relación precio-valor sin duda. Nada como pasar por Tívoli y llevarte una caja llena de dulces pequeños, quedarás bien con quien sea. En mi opinión, este es su fuerte. Las tortas son divinas. El secreto mejor guardado es su cruasán de chocolate, pero las últimas veces que lo he pedido pareciera haber decaído en calidad. Lo único que hace falta es un buen café pero la maquinita de café comercial resuelve.
Pastelería de tradición con opciones para desayunar y merendar, las tortas y los dulces son muy buenos, variados, frescos, y accesibles a pesar de la situación económica. Recomiendo probar sus tartaletas, los profiteroles, el pay de limón, los cannolis y los borrachitos. La cola de langosta era muy buena pero no la he probado recientemente. Habilitaron un espacio para comer, conversar y disfrutar de las opciones que ofrece el local. Sin embargo es bastante reducido, lo cual hace que la mayoría de las personas compren para llevar. Es una panadería bastante concurrida, por su relación precio - valor, razón por la cual hay que tener paciencia para estacionar y comprar.
Los dulces de la Tivoli son un clásico sin importar cuánto tiempo pase. Nada como ver el toldito verde con blanco para que se haga agua la boca, porque los dulces siempre están frescos y son deliciosos. Mis favoritas son las colas de langosta, que lamentablemente llegué hoy estaban agotadas, igual que los dulces con fresas. Se agradece el espacio para comer en la misma pastelería, aunque la mayoría pide para llevar y a veces la espera por números puede ser un poco desesperante, pero vale hasta el último segundo de espera.
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