La Casa Bistró

Siempre muy bueno, uno de los mejores sitios para comer en Caracas, lastima su horario hasta las 4 pm, pero cherever seguir yendo

Excelente como siempre, con menos caras conocidas, como en muchos sitios, pero siempre con la Màxima calidad de Comida y Atención, creo que es necesario que le paguen más al personal, para que no se les vayan, pero siguen estando bien y la Comida, lo Mejor. Esta vez, como obligado allí en hora de Almuerzo, su Fabulosa Baghette más su insuperable Mantequilla, de verdad es increíble, luego una Sopa de Rabo mundial, unas cervezas bien Frías, Sandwich de Costilla Oriental Espectacular y una Ensalada Cesar que estaba Fresca, pero no sabrosa. Vino Pomar Tinto Joven, siempre Cumplidor y un Espresso que estaba bien. Volveremos siempre!!!!

Me parece que ahora si me toca criticar algunas cosas. Se equivocan en algunos pedidos, la calidad es buena, pero no tanto como antes. Pero se sigue llenando, así sea desayuno de Dia de Semana. Los precios si me parecen muy altos ahora. Lo bueno? Su Mantequilla sigue siendo excelente y el Pie de Limón también, loos Cafés son Carbone y los preparan muy bien, lo demás solo bueno, pero caro. Creo que deben revisar eso, porque antes no eran así.

Sigue intacta su calidad, por supuesto y como todos, precios más altos, pero siguen teniendo buena variedad en su menú y todo muy bueno. Esta vez recomiendo el Quesillo de Coco, el Pan de La Casa y su Mantequilla, siempre buenos, el Arroz Con Vegetales y Pecorino, acompañado de una Ensalada del Huerto, que es propio de ellos, en las azoteas de la Casa, la Sopa de Rabo también buena. En fin, muy buen lugar para comer y variar

De los pocos sitios a los que les sigo dando la mejor puntuación en todo. Les recomiendo los fines de semana, con Brunch todo el día, es decir, desde las 8 am, hasta las 4 pm, se pueden pedir platos de desayuno y de almuerzo a cualquier hora, salvo lo que se acabe, como las empanadas, que son de maíz pillado y difícilmente lleguen a las 4 pm. Va aun muchísima gente, asi que les recomiendo tener paciencia, valdrá la pena