Tivoli

En esta oportunidad pedimos torta 3 leches, muy buena, y tiramisú que estaba bien, aunque no es un tiramisú propiamente dicho. Buenos precios. Atención normal. Ambiente agradable

Pastelería antigua que mantiene un estándar adecuado en la elaboración de sus dulces. En esta oportunidad probé (bajo encargo) una milhoja griega, que resultó sabrosa, adecuada para compartir con muchas personas y de sabor más que agradable. El servicio de delivery fue un desastre: carro accidentado, informalidad, cobro adicional, no cumplieron con el tiempo que les había pedido, etc., lo que me dejó un sabor amargo que solo pudo ser calmado con la milhoja. Planta física que requiere actualización y sin nada que impresione, y lugar que no es tan sencillo en accesibilidad.

En esta oportunidad pedimos pastelitos para desayunar, los cuales estaban deliciosos, acompañados de pasta seca, también fresca y divina. Mesas en el sitio para comer. Los precios discretamente elevados para el tamaño de los pastelitos. Amable atención. Siempre es bueno volver.

Volví a la siempre satisfactoria Pastelería Tivoli, extrañado porque esta vez fue muy fácil escoger, hacer mi pedido y pagar, no duró mucho, porque súbitamente llegó como una multitud frenética a pedir dulces y salados, afortunadamente el servicio está acostumbrado a esas lides. Aunque se recomienda pedir para llevar, ahora tienen espacio con mesitas altas para devorar los dulces y seguir. Todos los dulces y tortas son frescos y se esfuerzan en mantener la calidad, ahora también ofrecen café de las máquinas de la transnacional suiza. Mis favoritos son las tartaletas de fresa o mora y los Cabolini que hacen una excelente combinación.

Las mejores milhojas de Caracas. El sitio sigue intacto desde su construcción, muchas veces la atención no es tan esmerada pero los mini dulces son muy buenos, especialmente las milhojas! Ni hablar de la pizza, una de las mejores pizzas de panaderia.