Comida, en general, sabrosa, de porciones entre moderadas y abundantes, que se centra en una carta de propuestas españolas protéicas robustas, que lo convierten en un lugar poco adecuado para el vegetarianismo. Lugar de tres niveles, con múltiples ambientes (internos, superior mas Ãntimo y dos terrazas), de buena ubicación, con acceso a estacionamiento del pueblo o servicio VIP de parqueo. El estilo del restaurante se presta más para un compartir en grupos, en el que se degusten la variedad de tapas, entradas y propuestas mixtas que tiene la carta, que se pueden acompañar, idealmente, con un vino adecuado. El lugar se atesta en las tardes y noches, lo cual hace complicado poder comer si no se reserva con antelación. De la misma forma, la ubicación de los baños no es la más cómoda que puede haber. El servicio está dentro de lo esperado para un restaurante de este nivel: rapidez y atención adecuadas. Detalle climático: el restaurante da su fachada hacia el oeste, por lo que la caÃda del sol baña directamente el frente de la estructura durante el inicio del ocaso, haciendo la terraza del piso intermedio y las áreas más cercanas hacia su frente, más calurosas de lo usual.
Sobre el restaurante



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Reseñas
(24 reseñas)Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + Plato principal + Bebida SIN ALCOHOL
Primera vez y la verdad no muy convencido, la carta tiene pastas y cartocios, definitivamente nada españoles, se les acabo el bacalao, imperdonable, lo demás estaba bueno, pero nada del otro mundo, el servicio le falta pulirse, muy importante tienen valet parking y en el hatillo se agradece, me quede con una sensación de que le falta.
Fuimos un domingo por la tarde, por lo que el sitio estaba a su máxima capacidad, debiendo esperar (no mucho) por una mesa. Pedimos pan tumaca (normal), tortilla ibérica, estofado de Cordero y mero al ajillo. Fueron 69 dólares. La atención no fue buena, los superó el exceso de clientela. Hubo que pedir la cuenta en 5 oportunidades, la cual nunca llegó, por lo que fuimos directo a caja, donde adicionalemente los cálculos estaban mal hechos.
Esta vez tengo que disentir de la mayorÃa. Desde el punto de vista de comida parece que el chef se durmió en los laureles. Falta de sazón, lo cual es imperdonable para comida española. He de reconocer que los langostinos al whisky estaban muy buenos y salvaron la visita. El local sumamente (excesivamente) iluminado y brillante por dentro, nada que ver con la decoración tÃpica de tabernas y tascas. El servicio abundante pero sin el entrenamiento adecuado, cordiales pero muy perdidos. DeberÃan pasearse por otros locales de corte similar para percibir (y aplicar) las diferencias.
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